" Entre el Atlántico y el mar Mediterráneo hay una tierra de mar y mucho sol en que desde antaño se viene practicando una asquerosa y sucia tradición..."
Rememorando la canción de SKA-P del mismo nombre, no puedo dejar de empezar esta entrada con esa estrofa, en la que se critica duramente el mundo del toreo y el espectáculo que todo conlleva. Bueno, debo decir que, sin que sirva de precedente, me siento en estos momentos como ese pobre animal condenado a ser atacado con pinchos, banderillas y mareado con una tela roja hasta la extenuación para luego ser matado ensartándole una espada. Me siento humillado, ultrajado, con deseos de huir desesperadamente de esta plaza en la que me encuentro ahora mismo y vivir ajeno a esos toreros de la vida.
Me da vergüenza del torero cuando, súbitamente, al aparecer una mano traicionera para el torero, le arranca el capote y le deja al descubierto, mostrándole como es, sin el truco que le permitía sobrevivir para dar un espectáculo ante un público exacerbado, deseoso de ver la sangre correr; dejándome ver su desnudez ante mis atónitos ojos. Afortunadamente, o eso creo, esta plaza de toros está vacía, por lo que no hay espectadores que contemplen la faena. Vergüenza torera es la llamada cuando una persona debiendo retirarse a tiempo de donde no es bien recibida sigue adelante; habiendo demostrado que no es como todos esperaban inicialmente y, al mostrar su rostro, ve que ha sido destruida su máscara de seguridad. ¿Tenemos hoy en día vergüenza torera para enfrentarnos a los obstáculos y superarlos? ¿O, cobardemente, el torero descubierto enarbola la espada para ensartar al toro esperando encontrar la muerte? No tengo respuesta a esas preguntas, y me gustaría tenerlas, realmente. El ahorro de disgustos sería grande.
Valor para enfrentarse a un toro tienen las personas, realmente, hay que ser muy valiente para enfrentarse a un animal de estas condiciones. Protegidos por un buen capote, disfrazando una realidad que es preferible ocultar. Lamentablemente, en cuanto ese capote desaparece, desaparece también todo el valor y buenas intenciones del torero, mostrándose como es realmente ante el toro. Es el torero quien decide cómo actuar entonces, apelando a su valentía y enfrentándose al toro o huir de la escena cobardemente, escudándose en capotes de falsedad para ocultar su vergüenza torera, es decir, esconder sus miedos.
Toreros (y toreras) de la vida, hay toros ante los que es mejor no usar capotesy máscaras, porque al ser descubiertos seguramente la vergüenza torera será más fuerte y saldréis mal parados, con una dolorosa cornada y con la vergüenza de ser tachados de cobardes.
Muchos toros a los que hacer frente y poca valentía para hacerlo
ResponderEliminarValentía hay, pero con capote.
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