jueves, junio 09, 2011

Toda historia tiene un comienzo

Vaya... parece que el futuro se cierne sobre mi cabeza. No sé si la mía sólo o la de todos, pero lo cierto es que algo parece que sobrevuela por ahí arriba aparte de las nubes, ciertas especies aviarias y los avances tecnológicos que logran que puedas leer este blog o uno de los grandes engranajes de la maquinaria vital que indirectamente ha propiciado la creación del mismo... vaya, que pedante me he vuelto por momentos!!!!

Bueno, dejémonos de tonterías, tontás y demás emboles que no conducen a ninguna parte más allá  de las collejas que me pueda llevar. ¿Que por qué empiezo PRECISAMENTE ahora un blog? Y... ¿por qué no ahora precisamente? Es un momento tan bueno como otro para comenzarlo, con el aliciente de que será un modo de contactar con mi yo interior, exterior y los que disfrutan de mi yo. Venga va... me dejo de tonterías.

El blog no tiene otro motivo que realizar de una vez por todas algo que le dije hace mucho tiempo a la que era mi pareja y que ahora, gracias a lo raros que somos, es amiga mía: relatar las vicisitudes que rodean mi vida, las experiencias raras y estrambóticas que sólo parece que ocurren en las películas y aprender a reírme de la vida, de mí y de mis problemas y tribulaciones; de ahí el nombre tan... extravagante. Y quien me conozca sabe que no es el único motivo, porque... no lo es, realmente. El otro gran motivo es el poder contar mi vida a todos sin tener que preocuparme de a quién le interese y a quién no, porque admito que soy un desastre para mantener el contacto sólo por Internet y como no sé a quienes les puede interesar mi vida... pues la muestro como es, y el que quiera entender que entienda. Que entienda mi modo de escribir, no hipotéticas segundas intenciones, ésas son más claras.

Dicen que es de bien nacidos el ser agradecidos, así que si al menos consigo aportar a tu vida algo de gracia... de nada.

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