jueves, junio 23, 2011

Renovarse o morir

Renovarse o morir, Manolito, renovarse o morir.
Una de las máximas de ese personaje creado por Elvira Lindo en unos no menos importantes libros semi-infantiles, toda la saga de Manuel García Moreno, Manolito Gafotas. Y cuánta razón tenían, oye, porque la verdad es que en el mundo que vivimos o nos actualizamos, pasamos a la versión 2.0 o nos quedaremos obsoletos y atrasados en los avances que se nos presentan, en la vida y en todos los quehaceres que nos rodean.
Pero hay que tener cuidado de no ser un obeso informático, término que se han inventado ahora para definir a los geek que quieren estar a la última en tecnología, teniendo antes que nadie los últimos avances para ser los mejores y los más informatizados de sus congéneres. Los extremos no fueron buenos, y no lo serán; eso de tener tableta, dispositivo última generación reproductor de música, disco duro extraíble con la mayor capacidad posible, y un largo etcétera no puede ser bueno, pero seguramente el tampoco no poseer nada de lo que se convierte en estrictamente necesario en la sociedad que tenemos.
Sí, yo también me he tenido que renovar y actualizar, pasar a la versión 2.0 para no quedarme obsoleto y poder comunicarme, simplemente; pero hay veces en las que me gustaría no tener en vigor la nueva actualización y ser un tuerto en el país de los ciegos. Pero realmente... me doy cuenta de que prefiero ser un tío normal sin parche en el ojo, con mis precariedades y mis historias miles que podría haber decidido no tener, y vivir con mi parche feliz de la vida rodeado de ciegos y de otros tuertos que no quieren quitarse el parche. En estos momentos no puedo dejar de acordarme de ciertos personajes de la vida que a fuerza de taparse el ojo (derecho o izquierdo, el que menos le guste a cada uno) se han quedado al final con el parche pegado. Digo pegado porque siempre es posible quitárselo, aunque costará lo suyo, sólo hay que pensar en lo que cuesta quitarse unos calcetines después de haber estado todo el día con ellos, con las botas puestas y sin parar de andar. Eso, pero durante años.
Lo bueno de las actualizaciones es que no son como las informáticas, que machacan todo lo que había antes y desaparecen, sino que podemos guardarlas, complementarlas unas con otras y hacer un review de lo que había antes, pudiendo coger antiguos archivos y parches para poder volver a vivir lo que teníamos antes. Eso es una ventaja muy importante, tenemos que reconocerlo, porque vemos los fallos que tenía el sistema operativo anterior, pudiendo remediarlos a tiempo en otros que nos encotremos por ahí. Hay que ser buena persona, al menos una vez al día. Ademas, al tener las mayores actualizaciones podemos mejorar futuros avances que tengamos que hacer, porque es tan cierto como que el sol brilla que los sistemas operativos se basan en todos los anteriores, así que subsanando los errores cometidos en los anteriores automáticamente estas modificaciones se reflejarán en los actuales y futuros.
Pero una cosa hay que tener en cuenta, pudiendo decir que es el código fuente de los mismos, el lenguaje maestro de la programación: el comando que se escriba no desaparecerá, permanecerá ahí y tarde o temprano saldrá a la luz, como una mejora del sistema si tuvimos buen tino al redactarlo o como un fallo del sistema si no fue redactado correctamente.

lunes, junio 13, 2011

¡Es la pura verdad!

Un momento...
Bien, gracias por la espera. No, nada, me estaba poniendo el casco de las collejas, porque como reza el famoso dicho (escrito escatológicamente) "Vuelan collejazos por aquí y tienes cara de aeropuerto".
¿La entrada? No, por nada en especial, realmente me apetece reflejar los pensamientos que me rondan por la cabeza después de haber realizado una prueba oral de inglés y de que mi compañero de examen, el cual me ha regalado una de esas frases que gustan enmarcar, "que te vaya bien en la vida", me ha obsequiado con un papel en el que se llama a repetir el hito histórico marcado el 15-M, donde un pueblo encorajinado salió a las calles para protestar por la precaria situación en la que estamos; y estaremos, no nos engañemos.
Lo que viene al caso, que me embolo yo solo y me acabo liando y no hablo de lo que quiero reflejar. Debo reconocer que en un primer momento no confié en el movimiento 15-M, tenía la sensación de que era una maniobra por parte de alguna "cabeza negra mágica" donde se conisguiera que hubiera una revolución parecida a la ocurrida en Islandia, donde el pueblo demostró que aún hay esperanza y que hay que tener la mente fría necesaria para actuar en situaciones precisas y necesarias; pero con el componente político escondido detrás de las revindicaciones. Escuché hablar del susodicho Manifiesto, y me sentí uno más, al menos espiritualmente. Conforme fui recopilando datos, opiniones, presencias y demás medios de información, decidí que era un movimiento necesario, valiente y utópico. Así pensaba y sigo pensando, ciertamente, aunque mis labios no articulen las palabras necesarias para defenderlo.
¿Os gustan los cuentos? A mí sí, son una fuente de relatos cortos ficticios donde, a través de situaciones y fábulas diferentes, nos retratan la sociedad y valores que tenemos. Pensando y refrigerando mi sobrecalentado cerebro, recordé el cuento de Hans Christian Andersen "Es la pura verdad", donde una plumilla se convierte en cinco gallinas. ¿A qué viene todo esto, que te estás embolando de una manera bestial, so pedazo de cacho de trozo? Primera colleja. Bueno, no ha dolido tanto. Leí ese cuento de pequeño, y no lo entendí en todo su esplendor hasta que, hace poco, lo extrapolé a las situaciones de la vida en las que nos encontramos cada día, ¡y aparece el gran movimiento! (Sin ironía). La plumilla que se soltó de la gallina ya ha comenzado a ser una gallina, una pobre gallina que se despluma por el amor no correspondido del gallo del corral, el cual soberbio mira por encima del ala, al saberse el más fuerte y el que más alto canta.
Continuando con el símil y con el pensamiento, veo que esta gallina rápidamente se convertirá en dos gallinas que se desplumen por amor incondicional, y luego vendrán otras más que al final acabarán atacando al gallo que las tiene locas de amor, descubriendo que el gallo sólo era una plumilla. Sólo una plumilla, una minúscula parte de algo mucho mayor que, por desgracia, no se puede cambiar con mostrarle lo desgraciados que somos y que no conviene atacar, ya que podemos perder toda la fuerza que poseemos demostrando todo lo que nos haríamos, sin comprender que a este gallo se le humillará actuando indiferente ante él, sin acudir a su canto cada mañana y dejar que sean los gallos los que demuestren que son los mejores.
Es una metáfora complicada de entender, espero que no se me gaste el casco de las collejas.
De todos modos, le estoy dando vueltas a algo que me ha contado alguien que se lo contó antes, que yo no creo del todo. No sé qué hacer... no sé si coger la gallina y cocerla para hacer caldo o comérmela en pepitoria.
Pero una cosa es segura... ¡es la pura verdad!

jueves, junio 09, 2011

Toda historia tiene un comienzo

Vaya... parece que el futuro se cierne sobre mi cabeza. No sé si la mía sólo o la de todos, pero lo cierto es que algo parece que sobrevuela por ahí arriba aparte de las nubes, ciertas especies aviarias y los avances tecnológicos que logran que puedas leer este blog o uno de los grandes engranajes de la maquinaria vital que indirectamente ha propiciado la creación del mismo... vaya, que pedante me he vuelto por momentos!!!!

Bueno, dejémonos de tonterías, tontás y demás emboles que no conducen a ninguna parte más allá  de las collejas que me pueda llevar. ¿Que por qué empiezo PRECISAMENTE ahora un blog? Y... ¿por qué no ahora precisamente? Es un momento tan bueno como otro para comenzarlo, con el aliciente de que será un modo de contactar con mi yo interior, exterior y los que disfrutan de mi yo. Venga va... me dejo de tonterías.

El blog no tiene otro motivo que realizar de una vez por todas algo que le dije hace mucho tiempo a la que era mi pareja y que ahora, gracias a lo raros que somos, es amiga mía: relatar las vicisitudes que rodean mi vida, las experiencias raras y estrambóticas que sólo parece que ocurren en las películas y aprender a reírme de la vida, de mí y de mis problemas y tribulaciones; de ahí el nombre tan... extravagante. Y quien me conozca sabe que no es el único motivo, porque... no lo es, realmente. El otro gran motivo es el poder contar mi vida a todos sin tener que preocuparme de a quién le interese y a quién no, porque admito que soy un desastre para mantener el contacto sólo por Internet y como no sé a quienes les puede interesar mi vida... pues la muestro como es, y el que quiera entender que entienda. Que entienda mi modo de escribir, no hipotéticas segundas intenciones, ésas son más claras.

Dicen que es de bien nacidos el ser agradecidos, así que si al menos consigo aportar a tu vida algo de gracia... de nada.