viernes, noviembre 04, 2011

Omega y Alfa.

Hoy se ha acabado una relación de más de dos años y medio. Hoy es un día que recordaré toda mi vida, ya que la vida me ha enseñado muchas cosas y también me ha dado muchas sensaciones contrarias: alegrías y penas, risas y llantos, dolores de cabeza y dolores de corazón. Hoy he terminado con mi gran relación a distancia.

Omega.

Hoy he empezado una nueva relación en mi vida. Tengo que aprender a convivir con ella, a ser un hombre de verdad, hecho y derecho. Espero que esta nueva etapa en mi vida me traiga todas las sensaciones que una persona pueda tener, ya sean buenas o malas; no me importa porque es ahora cuando las quiero vivir.

Alfa.

Realmente, la frase bíblica es "Yo soy el Alfa y el Omega". Yo no soy nadie, no soy nada más que una pieza dentro de una maquinaria inmensa, por lo que no puedo considerarme ni el inicio ni el fin de nada. Tampoco soy una persona que marque diferencias en la vida, no tengo atributos físicos más altos que nadie ni soy capaz de batir marcas mundiales al límite de la capacidad humana; no tengo una inteligencia tampoco más allá de lo que la media posee, no soy capaz de desarrollar superteorías ni inventos maravillosos que nos mejoren la calidad de vida. No soy nada más allá que un humano normal. Pero sí sé que tengo condiciones que mucha gente no tiene, también sé que poseo capacidades que muchos desearían para ellos y la suficiente inteligencia para saber no alardear de ellas, ya que perdería todas y cada una de ellas. Estas capacidades son las que me permiten afrontar esta Omega y Alfa. Sí, fin y principio; fin de una relación a distancia, inicio de una relación diaria. Lo realmente importante es que es con la misma persona, con quien decidí compartir mi vida hace ya tiempo. Es con quien me encuentro más cómodo, con quien quiero compartir experiencias de vida que recojan todas las vivencias que tenga, con quien quiero aprender a vivir.

Ilaria, decidiste comenzar conmigo algo que se consideraba imposible por muchos, de locura por más, y de algo muy grande e importante por sólo dos personas. Aquí están las consecuencias de todo ello, de nuestras vivencias y experiencias, de nuestra paciencia. Ya estamos juntos; acabó la cuenta atrás. Ahora comienza la otra cuenta atrás. Comienza otro Alfa, con su Omega oteando en el horizonte, aún sin saber qué obstáculos nos encontraremos en el camino.

Lucharemos juntos, lo sé. Yo tengo la fuerza para movernos y romper todos los muros, tú tienes la destreza para sortearlos y esquivar todos los ataques. Unidos, no hay montaña que no podamos derribar: por muy blanca que sea, por mucha mitología que encierre o por muchas guerras que haya visto, siempre saltaremos más alto que cualquiera.